domingo, 7 de diciembre de 2008

Las tres "Noblezas"











LAS TRES “NOBLEZAS”


Llegada la edad de la adolescencia (toda apresurada sin previo aviso y de golpe como suele llegar) las tres amigas comenzaban a salir los domingos, un par de horas a la ciudad, cine, o bien un refresco con las amigas y algunos que otros...,candidatos a la lista de amigos o permutables, que también eran bien recibidos. Eso era todo a lo que podían aspirar, pues las autorizaciones paternas no daban para más, de cinco de la tarde a siete con dejada y recogida paternal, que hay mucho que proteger. La inocencia, la candidez que no es fingida y la fingida también, los mozalbetes que son unos salidos y esa sangre desbocada es muy mala de atajar; ¡Qué yo también fui mozalbete!...¡Hombre!, no compares, que antes era diferente, no es lo mismo. ¡Claro! nunca es lo mismo cuando la que está en el candelero es la hija de uno, si son las hijas de los demás pues el daño es menos grave,… ¡Bueno! cada uno que se la sacuda como pueda, que como dice el dicho: “Cada can se lame su mangostán” Qué leches, yo veo lo mío...

La adolescencia va pasando como suelen pasar las adolescencias, que llega sola y suele marcharse acompañada, de mil y un vituperios y varios aleluya, creo que nada tienen que ver con el de Händel, pero son proferidos muy religiosamente, porque el que tuvo retuvo, y de algo servirán los años de asistencia a la catequesis en pro de la redención de los gravosos pecados que se irán acumulando en el libro de la vida. Todas las enseñanzas van calando y dejando huella, aunque en principio no nos demos cuenta, se van imprimiendo con letras muy sutiles en el fondo del armario que los humanos traemos a cuestas, y con el paso del tiempo se van haciendo más perceptibles y van aflorando y haciéndose más grandes, hasta que un buen día sin previo aviso ya nos han sobrepasado.

Durante esos primeros años de coqueteo juvenil, de miradas pícaras, muecas y gesticulaciones gráciles, que no dejan de viajar con cierta carga de ingenuidad, y más desacierto que tino, se forja gran parte del carácter sentimental y selectivo que los humanos llevaremos sobre nuestros hombros por el resto de nuestros días. A veces de los hombros baja a las partes inferiores, otras se queda en la zona intermedia y la mayor parte de las veces vive en su estado natural, el letargo.

A las tres “Noblezas”, les enseñaron que tenían que escrutar con mucha paciencia, que no servía cualquiera, que lo del amor era muy romántico y novelesco, pero eso no da de comer y mucho menos posición social. Les dieron más de lo que podían y debían, las convirtieron sin serlo en niñas de papá y mimitos de mama, ¡huy!...perdón, mamá, (qué lapsus, mira tú lo que hace una insignificante y diminuta tilde, y pensar que hay quien no le da importancia) ¡Caramba!...que no es lo mismo, llego que llegó, canto que cantó, godo que godió, mamo que mamó, y todo aquello que lleve o deje de llevar un apéndice tan genitor…NO, no es lo mismo…

Los años fueron cincelando y resaltando los contornos, un relieve en las caderas, un par de dunas turgentes y dúctiles, cuerpo de guitarra melodía en movimiento, la música es mujer. La belleza que doña mamá naturaleza les había otorgado era conocida en toda la ciudad y pedanías, que puestos a echar cuentas tampoco eran tantas, pero teniendo en cuenta que eran tres mujeres, pues eran bastantes,… ¡puf!… todo depende del color del cristal con que se miran las cosas, y de quien las ve y de que también todo es relativo según los relativistas y que es un tostón el relativismo y la filosofía de lo relativo, y algunas otras…pero no todas…y esto… también…

Como viene siendo habitual a través de los tiempos y que hoy en día las mujeres continúan, todavía, muy a su pesar, haciendo gala de un entramado psicológico prácticamente imposible de descifrar. Donde dije Diego digo-digo y si me apuras digo Rodrigo, y digo Sí cuando es No y digo No pero es Sí; te quiero pero te odio, te sonrío pero me río y poco a poco te llega el desvarío, De ti no me fío, te caliento y me siento, sin aliento te miento, la ducha es fría como mi corazón, esto es el juego del amor…

Cronos es muy juguetón, y por momentos juega a favor, pero cuando se le antoja da la vuelta y comienza la cuenta atrás, entonces el juego se pone serio y las opciones se terminan. Y como no podía ser menos, ni de otra manera, aquel que tanto quiere elegir, y tanto quiere escoger suele escoger en la nada; en el desecho que va dejando por el camino, y de seguro ha quedado la mitad que lo complementa…al amor, claro. Porque cuanto más se pretende afinar en la elección, o peor es, o las opciones se terminan. A las tres noblezas ningún chaval les parecía suficiente, siempre tenían alguna deficiencia, generalmente era económica y social, en otros casos era una cuestión de veleidad con un leve acento de soberbia. Todo esto que ves y anhelas deseosamente, será un sueño para ti pero nunca será realidad, no se ha hecho la miel para la boca del asno. Soy mucha mujer, no soy para cualquiera. Esperaron a algún capitán de marina, algún empresario, algún chico de papá que les diera posición social y económica. Grandes fiestas y bailes, y…, pero no llegó nada, el tiempo siguió trabajando sin descanso, en turnos de doce horas; fue sumando años. Sacaba posibilidades y agregaba algún resalte impertinente, o bien cubría alguna zona que había permanecido libre y sin cargos, pero que ya no podía por más tiempo vivir en la independencia. Las primeras arrugas llegaron, los primeros fríos no avisaron y entraron por la puerta de atrás.

Abril se marchitó, no floreció ninguna primavera, la flor secó y quebró. Alguna lágrima asoma desde la alcoba del alma y ahoga las rosas de la esperanza, que permanece dormida en el jergón de los sueños que nunca serán alcanzados.
Las tres noblezas, tuvieron su momento, tuvieron sueños, tuvieron esperanzas, ilusiones…, amores. En la espera de algo mejor quedó su adolescencia, su juventud las envolvió en un aura de fiesta y alegría, olvidando que todo aquello que comienza tiene que terminar, y no necesariamente cuando uno quiere, sino cuando menos se lo espera. Cada etapa tiene su momento, cada momento sus características, y en ellas hay varias opciones, o las tomas o las dejas, pero no hay marcha atrás. Una vez que han pasado van dejando la estela inevitable de la sombra que se cierne sobre nuestros cuerpos en las últimas páginas del libro de la vida…



Marcial Cortegoso


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