lunes, 8 de diciembre de 2008

"A quo"

HABITANDO

Habitualmente es habitual el hábito de los malos modos, de la poca cortesía, la indiferencia, la insolidaridad, la falta de compasión. Muy pocas cosas nos afectan, pues ya estamos infectados de afectos visuales, que ciegan la visión y aturden el corazón.

Avanzamos, se cree, a pasos agigantados, pero tan sólo tecnológicamente, pues mentalmente nos quedamos atrás; la insensibilidad intelectual es tan grande que nos abotarga.

No se crea futuro, se crea materia. Materia que descompone los cimientos de una sociedad próspera en economía, pero empobrecida en valores, éticos, morales, cívicos y trascendentes. La búsqueda de la comodidad y bienestar suple la búsqueda de la verdad, del ser interior, cubierto de avaricia y envidia, disfraz de hipocresía.

Una ceguera blanca nos acompaña en nuestro viaje alquímico, en busca del Vellocino, que capitanea nuestro ego, narciso incurable, proyectando su imagen siempre inalcanzable, agonía terminal que no tiene final...

¿Viva la Anarquía?...


Marcial Cortegoso

domingo, 7 de diciembre de 2008

Sonata Navideña






SONATA NAVIDEÑA


Rayaba el día cuando llegó a casa, lo había pasado en grande y aún no se lo creía. Primera noche vieja que salía y no hubo horarios, ni entrecejo fruncido, ni apelación a la buena voluntad y conducta. Todo había sido perfecto; bailó, cantó, saltó, charló; casi todo en ó.

Estuvo con Enemerio, tan pesado como siempre, y aún en año nuevo seguía con su teoría de la ética pelética, pelam pelam mética y de la ética pelética pelam pelam cuda, ella que era muy educada asintió y salvó la situación con mucha dignidad. También se encontró con Neumútrico, se saludaron de pasada, ella lo encontró un poco fondón, había dejado el equipo de parchís y eso se notaba.

Bailó con su pandilla de amigos, y Margarina otra vez más, quería darse importancia inventando pases de baile nuevos. No tenía sentido del ridículo pero era muy divertida y muy loca. Suspiró cuando pasó Narciso, cada vez estaba más bueno, (y sí, hay que reconocer que el chaval estaba rollizo...Nota del autor) un poco estirado, quizás le apretaba la tanga, pues seguro que llevaba tanga, sobre ello habían hecho apuestas, pero ninguna se atrevía a preguntárselo, él…imponía. Por lo demás todo fantástico, como siempre, sólo que más prolongado en el tiempo.

Mientras sacaba las llaves del bolso, volvió a la realidad, estaba cansada, deseaba coger la cama y darle una paliza; pero ¡Qué genial! lo había pasado estupendamente, había valido la pena. Introdujo la llave en la cerradura y abrió muy despacio y con sigilo se deslizó en el interior de recibidor, se vio en el espejo y a pesar de las horas transcurridas y del ajetreo del baile el peinado había resistido estaba todavía en pie. Pero ¡Dios mío! no, no puede ser, exclamó. No podía creer lo que estaba viendo, estaba horrorizada, no podía ser, eso no era real, no podía ocurrirle a ella, pero ¡cómo! ¡de qué manera!, sólo bailando y charlando era imposible que pudiese ocurrir un hecho de esa magnitud, y que ella de casa así no había salido, eso seguro.

Cierto que era la prenda más preciada, cierto que se había emocionado al verla y al ponerla, pero estaba segura que la había puesto bien, como podía entonces en estos momentos tener el sujetador puesto por fuera del vestido, ¡cómo!...
Se escuchó un portazo, y un claxon a lo lejos daba cuenta de cierta actividad, y a su vez sirvió para despertarla de un profundo y maravilloso sueño y regresar a la realidad; pues era treinta y uno de diciembre y aún quedaba un largo día para otro año...¿Superará la realidad la ficción?...



Marcial Cortegoso


Las tres "Noblezas"











LAS TRES “NOBLEZAS”


Llegada la edad de la adolescencia (toda apresurada sin previo aviso y de golpe como suele llegar) las tres amigas comenzaban a salir los domingos, un par de horas a la ciudad, cine, o bien un refresco con las amigas y algunos que otros...,candidatos a la lista de amigos o permutables, que también eran bien recibidos. Eso era todo a lo que podían aspirar, pues las autorizaciones paternas no daban para más, de cinco de la tarde a siete con dejada y recogida paternal, que hay mucho que proteger. La inocencia, la candidez que no es fingida y la fingida también, los mozalbetes que son unos salidos y esa sangre desbocada es muy mala de atajar; ¡Qué yo también fui mozalbete!...¡Hombre!, no compares, que antes era diferente, no es lo mismo. ¡Claro! nunca es lo mismo cuando la que está en el candelero es la hija de uno, si son las hijas de los demás pues el daño es menos grave,… ¡Bueno! cada uno que se la sacuda como pueda, que como dice el dicho: “Cada can se lame su mangostán” Qué leches, yo veo lo mío...

La adolescencia va pasando como suelen pasar las adolescencias, que llega sola y suele marcharse acompañada, de mil y un vituperios y varios aleluya, creo que nada tienen que ver con el de Händel, pero son proferidos muy religiosamente, porque el que tuvo retuvo, y de algo servirán los años de asistencia a la catequesis en pro de la redención de los gravosos pecados que se irán acumulando en el libro de la vida. Todas las enseñanzas van calando y dejando huella, aunque en principio no nos demos cuenta, se van imprimiendo con letras muy sutiles en el fondo del armario que los humanos traemos a cuestas, y con el paso del tiempo se van haciendo más perceptibles y van aflorando y haciéndose más grandes, hasta que un buen día sin previo aviso ya nos han sobrepasado.

Durante esos primeros años de coqueteo juvenil, de miradas pícaras, muecas y gesticulaciones gráciles, que no dejan de viajar con cierta carga de ingenuidad, y más desacierto que tino, se forja gran parte del carácter sentimental y selectivo que los humanos llevaremos sobre nuestros hombros por el resto de nuestros días. A veces de los hombros baja a las partes inferiores, otras se queda en la zona intermedia y la mayor parte de las veces vive en su estado natural, el letargo.

A las tres “Noblezas”, les enseñaron que tenían que escrutar con mucha paciencia, que no servía cualquiera, que lo del amor era muy romántico y novelesco, pero eso no da de comer y mucho menos posición social. Les dieron más de lo que podían y debían, las convirtieron sin serlo en niñas de papá y mimitos de mama, ¡huy!...perdón, mamá, (qué lapsus, mira tú lo que hace una insignificante y diminuta tilde, y pensar que hay quien no le da importancia) ¡Caramba!...que no es lo mismo, llego que llegó, canto que cantó, godo que godió, mamo que mamó, y todo aquello que lleve o deje de llevar un apéndice tan genitor…NO, no es lo mismo…

Los años fueron cincelando y resaltando los contornos, un relieve en las caderas, un par de dunas turgentes y dúctiles, cuerpo de guitarra melodía en movimiento, la música es mujer. La belleza que doña mamá naturaleza les había otorgado era conocida en toda la ciudad y pedanías, que puestos a echar cuentas tampoco eran tantas, pero teniendo en cuenta que eran tres mujeres, pues eran bastantes,… ¡puf!… todo depende del color del cristal con que se miran las cosas, y de quien las ve y de que también todo es relativo según los relativistas y que es un tostón el relativismo y la filosofía de lo relativo, y algunas otras…pero no todas…y esto… también…

Como viene siendo habitual a través de los tiempos y que hoy en día las mujeres continúan, todavía, muy a su pesar, haciendo gala de un entramado psicológico prácticamente imposible de descifrar. Donde dije Diego digo-digo y si me apuras digo Rodrigo, y digo Sí cuando es No y digo No pero es Sí; te quiero pero te odio, te sonrío pero me río y poco a poco te llega el desvarío, De ti no me fío, te caliento y me siento, sin aliento te miento, la ducha es fría como mi corazón, esto es el juego del amor…

Cronos es muy juguetón, y por momentos juega a favor, pero cuando se le antoja da la vuelta y comienza la cuenta atrás, entonces el juego se pone serio y las opciones se terminan. Y como no podía ser menos, ni de otra manera, aquel que tanto quiere elegir, y tanto quiere escoger suele escoger en la nada; en el desecho que va dejando por el camino, y de seguro ha quedado la mitad que lo complementa…al amor, claro. Porque cuanto más se pretende afinar en la elección, o peor es, o las opciones se terminan. A las tres noblezas ningún chaval les parecía suficiente, siempre tenían alguna deficiencia, generalmente era económica y social, en otros casos era una cuestión de veleidad con un leve acento de soberbia. Todo esto que ves y anhelas deseosamente, será un sueño para ti pero nunca será realidad, no se ha hecho la miel para la boca del asno. Soy mucha mujer, no soy para cualquiera. Esperaron a algún capitán de marina, algún empresario, algún chico de papá que les diera posición social y económica. Grandes fiestas y bailes, y…, pero no llegó nada, el tiempo siguió trabajando sin descanso, en turnos de doce horas; fue sumando años. Sacaba posibilidades y agregaba algún resalte impertinente, o bien cubría alguna zona que había permanecido libre y sin cargos, pero que ya no podía por más tiempo vivir en la independencia. Las primeras arrugas llegaron, los primeros fríos no avisaron y entraron por la puerta de atrás.

Abril se marchitó, no floreció ninguna primavera, la flor secó y quebró. Alguna lágrima asoma desde la alcoba del alma y ahoga las rosas de la esperanza, que permanece dormida en el jergón de los sueños que nunca serán alcanzados.
Las tres noblezas, tuvieron su momento, tuvieron sueños, tuvieron esperanzas, ilusiones…, amores. En la espera de algo mejor quedó su adolescencia, su juventud las envolvió en un aura de fiesta y alegría, olvidando que todo aquello que comienza tiene que terminar, y no necesariamente cuando uno quiere, sino cuando menos se lo espera. Cada etapa tiene su momento, cada momento sus características, y en ellas hay varias opciones, o las tomas o las dejas, pero no hay marcha atrás. Una vez que han pasado van dejando la estela inevitable de la sombra que se cierne sobre nuestros cuerpos en las últimas páginas del libro de la vida…



Marcial Cortegoso


Espejo Roto









Espejo roto


Llegó de madrugada, exhausta, golpeada; otra vez…Le dolía la boca, ésa noche había sido su herramienta de trabajo; ¡Es fin de mes! eso se nota.

No aguanto más, así no puedo seguir, se decía en sus momentos más bajos y tristes. Puta vida, por qué me metí en esto, por qué confié en él, era sólo una mala situación, serían un par de semanas, sólo para pagar deudas, -me vence el plazo, y si no pago acaban conmigo…Qué cabrón!...ya llevo dos años.
Siempre me voy a enamorar de quien no me conviene; pero se acabó, hoy mismo le digo que lo dejo, que me voy, no quiero ésta vida, basta ya!...

La dignidad destrozada, los sueños rotos, la melancolía de abrigo, la tristeza compañera. Ya nada volverá a ser igual.

-Estoy marcada, tendré que cambiar de ciudad.

El día terminó por imponerse, ella por dormirse.

Los nenúfares reverdecían, los almendros en flor, campos de amapolas, flores silvestres, todo era brillante y florido; corría por los prados riendo a carcajadas, jovial, rejuvenecida. Iba de la mano del hijo no nacido, la niña de coletas rosas y las pecas azules. Jugaban a vestir flores, a pintar colores en los márgenes del viento…Era feliz, tenía una familia feliz, y un perro peludo y un gato de angora y una casita con jardín, y él; qué elegante y digno de su amor.

Los pájaros cantaban a su alrededor y ella corría y corría, libre, bella; con su hijo no nacido, senderos de ilusión tras los campos de madreselva, inundada de perfumes de azahares, y las aguas cristalinas de manantiales salados le dan vida.

Fría y bañada en sudor se despierta, abre los párpados débilmente, borrosa mirada que divisa su silueta en la pared; los labios resecos se despegan, las palabras se ausentan; se nota húmeda, un manto rojo y viscoso a su alrededor, da presencia de su situación. Ahogada la garganta, se ve diluida, lejana; flotando en su último aliento, su mente escupe palabras que todavía hoy resuenan en el éter…por fin!...por fin!...soy LIBRE…


Marcial Cortegoso